Nuestros fundadores
En 1983, Fran Einterz y Joyce Peterson, antiguas voluntarias del Cuerpo de Paz, crearon Service Alternatives (SA) para prestar servicios humanos.
En 1997, Fran y Joyce se retiraron del trabajo activo y, en 2003, vendieron la empresa a un grupo de empleados de larga duración que, junto con todos los demás empleados de SA, siguen impulsando y ampliando su visión original.
Las profundas raíces de las alternativas de servicio: Una visita a la fundadora de SA, Fran Einterz
Una empresa con una misión
Desde nuestros inicios, Service Alternatives (SA) se ha construido en torno a una cultura de adaptabilidad y creatividad en la prestación de servicios a nuestros clientes. Lo hemos conseguido y seguimos haciéndolo aplicando nuestra visión, misión y valores a nuestro trabajo. Son el marco que dirige lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué. Esto nos diferencia de muchas organizaciones que tienen estas cosas sobre el papel pero no las utilizan realmente como guías.
En los años 80 y 90, SA se caracterizaba por un crecimiento extremo y grandes ideas, por estar en el lugar adecuado en el momento oportuno para asumir trabajos que otros proveedores no harían.
Establecimos normas, tanto en la política como en la práctica, para prestar servicios excelentes, y a veces nos extendimos más allá de nuestros propios límites, pero empujando hacia adelante por un bien mayor. Durante estos años, los servicios se ampliaron desde los programas de vida independiente para adultos hasta los servicios para niños y familias, comunidades y organizaciones, y el Instituto de Formación de Alternativas de Servicio.
Adaptarse al cambio
Los años que siguieron a la recesión de 2008 nos desafiaron y pusieron a prueba. Reconocimos lo que suponía mantenerse en tiempos difíciles. Nos volvimos extraordinariamente esbeltos, haciendo todo lo posible para preservar a nuestros increíbles empleados y proporcionar un alto nivel de servicios a nuestros clientes y comunidades. Nos hicimos resistentes y encontramos más fuerza en nuestra visión, misión y valores.
Después vino un periodo de evaluación de nuestra estructura y sistemas, y de nuestro potencial de sostenibilidad y crecimiento más estratégico. Fue una época que representó la madurez de nuestro liderazgo y de nuestra empresa. Descubrimos la importancia de la autorreflexión, de ser capaces de aprender y crecer a través de nuestros errores, y de cómo equilibrar los enfoques tradicionales e innovadores de nuestros servicios.
Una visión duradera
Aunque seguimos autoevaluándonos, como hemos hecho en cada fase, seguimos decididos a servir a nuestros clientes basándonos en los estándares de las mejores prácticas, sin limitar nuestros servicios únicamente a lo que se ha ordenado o escrito en las políticas. Cada cliente merece dignidad, exposición a una amplia variedad de experiencias vitales, apoyo para alcanzar sus objetivos y defensores de su bienestar.
Nunca nos hemos conformado con hacer lo mínimo; nuestra cultura está arraigada en hacer siempre lo mejor posible, y luego encontrar formas de hacerlo aún mejor.
De cara al futuro, tenemos la suerte de contar con las experiencias y contribuciones únicas de nuestros empleados de toda la vida, al tiempo que crecemos y prosperamos gracias a la energía y las nuevas perspectivas que aportan a nuestra empresa las personas que acaban de empezar en el campo de los servicios humanos. Colectivamente, trabajamos para ver nuestras comunidades fortalecidas, nuestros clientes y empleados empoderados, y todas nuestras vidas enriquecidas.